martes, 30 de marzo de 2010

¿ Comenzamos… ?

En cierta ocasión me preguntaron…¿porqué tenemos apellidos? Es algo tan natural, tan consustancial con nosotros, que nunca había prestado atención… a mis apellidos.

-Pues para saber quien soy, quien es mi familia.

Fue mi respuesta apresurada, para salir del trance inesperado.

Después, cuando he vuelto a formular la pregunta a  otras personas, he recibido multitud de respuestas y de lo mas variopintas:

-Para poder identificarnos, dijo uno, sería un lío para llamar a alguien.

- Si no fuera por los apellidos, igual te casas con tu prima y no veas el follón, me contestó otro más práctico aún.

- El apellido, sentenció alguien, es el nombre con el que se distingue a la familia a la que perteneces.

Familia y apellido, así se configura ese, a veces, tan complicado binomio cargado de fuerza y que solemos enarbolar como nuestro estandarte personal.

¿ Pero como surgen?  Eso si que ya es más fácil de contestar. Las respuestas venían cargadas de datos y argumentaciones, que si los que se originan a partir de un nombre propio, que si de una profesión, o un lugar…

…Sí, ¿os acordáis de aquella extraña clasificación que teníamos que aprender en la escuela? …Claro,esa misma que después de tantos años sin oírla, se te ha venido a la cabeza: patronímicos, toponímicos, descriptivos…

Y mi familia, mi apellido…mi Aranda…¿ donde lo meto en esa clasificación? Ya puestos a saber de mi gente, quería saber algo más, y pensé que podía empezar por su origen.

Pero para ser el primer día,  quizás ya esté bien. ¿Si te apetece seguimos otro día?

…Y hablamos de los Aranda.